Sobre mí

 

Y cuando se trata de sentarme a escribir sobre mí y sobre quién soy, más difícil se me hace cada vez. En los últimos años he ido descubriendo tantas cosas de mi persona que siento que no abarca un espacio completo en este blog para contarte quién soy.Soy una humana, una persona normal y corriente de 28 años que un día aprendió que existe otra manera de vivir, una manera más lenta y más presente, una que dista mucho de lo que hoy en día supone la palabra «vivir» en esta sociedad de tiempo y dinero. Una que implica el contacto con la naturaleza, los ritmos más lentos, una en la que prevalece el YO desde el lugar de cuidado a uno mismo y al resto del planeta.

 

Nací en un frío Madrid una noche de Enero, (una persona con un alma muy bella me dijo una vez que es probable que esa sea la causa de mi amor por los días grises, otoño-invernales y la lluvia) soy Capricornio hasta la médula, y una persona de lo más emocional. He crecido pasando mis vacaciones con mis padres y mi hermano de camping en camping y aprendiendo desde muy pequeña que la naturaleza es hogar y cómo tal debemos vivir en plena sintonía con ella.

Ahora uno de mis olores favoritos en el mundo entero es ese olor húmedo a pino de la mañana que me recuerda aquellos momentos de aquella niña feliz envuelta en bosque y naturaleza.

Con el paso de los años mi amor por este elemento no ha cambiado mucho, lo confirma un tatuaje de un abeto en mi pie.

 

A mis 24 años decidí dejar todo en España, y mudarme a la zona más bonita de toda Inglaterra para estudiar inglés y hacer mi propio «Erasmus personal» puesto que no había tenido oportunidad de hacer ninguno antes. Ese viaje cambió mi vida, y me cambió a mi. En aquellos meses viviendo sola en mitad del bosque aprendí lo muchísimo que me gustaba el silencio, lo bien que me sentaba amanecer cada mañana temprano con ese aire fresco, puro y limpio, descubrí que estar rodeada de naturaleza me mantenía en un estado permanente de calma y sosiego, que allí todo lo malo se llevaba mucho mejor.

Allí aprendí que había descubierto la piedra filosofal de la vida de un Ser Humano:  vivir en calma y en conexión con la naturaleza.

Mi vuelta a España comenzó con un billete de tren solo de vuelta, las maletas bajo mis pies, mi chico y compañero de vida a mi lado, el tren en marcha  y mis lágrimas anegándome los ojos e impidiéndome ver bien el camino de vuelta a mi «nueva vida» en mi lugar de siempre, desde el tren con las vistas más bonitas que jamás recordaré.       Tenía el corazón hecho pedazos, pero aún no sabía que lo peor estaba por llegar.

Pasaron dos años de mi vuelta a España y una mudanza de Madrid a Sevilla, cuando la vida me hizo pasar por un episodio de maltrato psicológico en el trabajo. Aquello duró un laaaargo año y me hizo una mujer aún más fuerte, resiliente y valiente si cabe, pero todo eso, fue después de haberme sentido la persona más infeliz de la Tierra. Jamás en mi vida lloré tanto. Cada mañana era un nuevo comienzo horrible donde sabía lo que iba a pasar, mi vida era como el día de la marmota, se repetía una y otra vez hasta que decidí que no podía seguir así, perdida, triste, desolada, aburrida de mi vida y sintiéndome tan mal. Me armé de valor, pedí ayuda, y encontré a Patricia, la psicóloga que me ayudó a salir de aquel pozo negro en el que me vi envuelta.

No puedo explicar de que manera la terapia salvó mi mundo y me hizo encontrar mi propio mundo interior, me hizo recuperar mi autoestima, me hizo recordar que existía otra forma de vivir, me hizo trabajar muchas cosas que bloqueaban la felicidad, y me hizo romper patrones de comportamiento que no me ayudaban nada a vivir plena, tranquila y en paz.

Dejé aquel horrible trabajo indefinido en Septiembre del año pasado tras haberme formado como Coach en Mindfulness y Gestión Emocional, volví a Madrid, y decidí dedicarme un largo tiempo a mi misma, a recuperarme, a seguir conociéndome, a estar más cerca de la naturaleza de nuevo, a seguir cultivando la relación conmigo misma y a aprender a habitarme en este mundo llamado Tierra, mientras sembraba la semilla del proyecto que ha cambiado mi vida estos últimos 12 meses:

Riega Tu Raíz nació de mi sin más, no sé cómo ni porqué ese nombre, sólo sabía que era perfecto.

Riega tu raíz es un espacio que decidí crear para compartir todas mis vivencias, para gritar al mundo que ahí estaba yo y que estaba cogiendo el rumbo de mi vida, tomando la responsabilidad de saberme una mujer adulta y tomando esas decisiones que me ayudasen a volver a crear esa vida en la que yo misma me sentiera la persona más feliz y afortunada del mundo, a no sentir que estoy viviendo mi vida sin vivirla.

A través de mi historia y de mis aprendizajes personales, desde Riega Tu Raíz acompaño en el camino a aquellas almas que os sentís perdidas, aburridas de vuestra vida, estresadas, cansadas o a todas aquellas almas que no sabéis que os pasa, pero sabéis que algo no va bien.

Hago talleres donde nos juntamos personas maravillosas y conectamos con nuestras emociones. Las escuchamos, aprendemos a identificarlas y a sostenerlas, también honramos a la alegría, movemos el cuerpo, porque el movimiento es vida, lloramos y también reímos. Encontramos ese pequeño espacio donde sentirnos seguros y poder parar el mundo exterior por un momento para conectar con el realmente importante: tu mundo interior.

Para mis talleres y para los acompañamientos individuales me baso en la gran ciencia del Mindfulness, la Gestión Emocional como herramienta clave para conocernos y saber que nos pasa ahí adentro y me inspiro en la naturaleza, en la belleza de la vida alejada de la ciudad, donde poder cultivar todos y cada uno de mis cuerpos: energético, emocional, físico y espiritual.

 

Te doy la bienvenida a mi proyecto personal que tan feliz me hace, te doy la bienvenida a esta pequeña extensión online de mi misma para que aprendamos juntos que vivir una vida alineada con nuestros valores, creencias, sentires y deseos es posible, y sobre todo, te doy la bienvenida a un espacio de inspiración a través de historias reales.

 

Gracias por visitar mi espacio y por haber llegado hasta aquí.

                                                                                                                                          Nos vemos en el bosque.