Qué esperar cuando estás esperando.

 

 

Una gran mujer a la que admiro dijo una vez que para ella la libertad es «hacerse sus propias preguntas y encontrar sus propias respuestas«, y eso es lo que pretendo que hagamos hoy con el título de esta primera entrada; hacernos preguntas y encontrar respuestas.

– ¿Qué esperar cuando estás esperando? –

Hace unas semanas que esta pregunta se instaló en mi cabeza mientras me daba un baño en la piscina de casa. Llegó como un flechazo,  como un rayo de luz que atraviesa y viene para aportarte claridad. Lo que no sabía es que yo tendría que buscar la respuesta cual pececillo nadando entre esa claridad, la pregunta solo me dejó entrever esa parte inconsciente pero, ya estaba flotando en el agua, ¿sería eso una señal para sumergirme y buscar?. Pasé los días siguientes registrando y observando cuales habían sido mis acciones, pensamientos y emociones las últimas semanas desde que la espera se instauró en mi vida prácticamente desde el 1 de Julio.

Y resumidamente comprobé que mientras esperaba no esperaba nada. Sólo quería que todo terminase ya, que llegase ya el momento final, el gran colofón, el último número. Quería llegar a la meta sin haber recorrido el camino y ondear la bandera sin ni si quiera haberla cargado conmigo. Há! Qué ilusa yo. Así que cuando me hice consciente de esto, me pareció oportuno darle la vuelta a esa pregunta. En vez de » Que esperar cuando estás esperando», me iba a preguntar, «¿cómo esperar mientras estás esperando?«.

Soy de esas personas que creen en el Universo, en las señales, en el confiar y el dejarte sostener. Creo en las energías y en la fuerza de éstas.  Creo que atraemos lo que somos, que recibimos en gran medida eso que damos y que hacemos realidad las cosas en las que confiamos porque así lo trabajamos desde el minuto uno.

Te cuento esto porque eso fue lo que me ayudó a encontrarme en el «cómo», y a soltar el «qué».

 

 

 

Dejé de esperar mirando el móvil, empecé a prestar atención a lo que me rodeaba.

Dejé de esperar en soledad, empecé a aprovechar para estar más cerca de mi familia.

Dejé de obsesionarme con tenerlo todo bajo control, solté mis ganas locas de intentarlo y solamente me dediqué a esperar.

Sin hacer nada, porque de eso se trata esperar, de rendirse a lo que la vida te está dando.

 

 

 

Decidí acudir al oráculo y le pregunté qué era eso que me estaba impidiendo esperar con calma y serenidad, la respuesta fue contundente: AMOR PROPIO Y CONFIANZA.     

Sonreí, moví la cabeza de lado a lado a modo negación, aunque en el fondo sabía completamente que era cierto, y me despedí de Instagram por un tiempo. Si se trataba de amor propio, nadie salvo yo podría hacerme llegar ahí. (Si nunca has trabajado con el oráculo, te diré que para mí es una herramienta que me ayuda a aportar claridad, me ayuda a ver las cosas de otra manera, con otro enfoque, a llegar a eso que está profundo en el subconsciente y no puedo alcanzar por mi misma. No creo en el oráculo como una herramienta predictiva ni adivinatoria, sí creo en la energía que siento cada vez que cojo mi baraja favorita y recibo la respuesta al mensaje que había lanzado.)

Puse esas dos cartas al lado de mis budas, mis cristales y lo dejé ahí, durante casi 10 días para recordarme a mi misma, que el amor propio es ese que no debe faltarme nunca y que debo confiar muy fuerte porque todo lo que me pertenece, llegará.

 

Así, con el paso de los días, la ansiedad fue tornando a calma. La apatía en alegría. La desgana se convirtió en el motor que impulsó este blog después de tantos meses y el estar fuera de redes la vuelta a la conexión con mi YO más puro.

Si buscamos la palabra esperar en el diccionario, dice lo siguiente:

    1.       Tener esperanza de lograr o de que se realice algo que se desea.

    2.     Creer o saber que sucederá una cosa.

Nunca había buscado antes la palabra esperar, demasiado conocida como para hacerlo, ¿no crees? y me llevé una sorpresa. Las dos definiciones vienen a hablarnos de una cosecha positiva, de recoger el fruto que previamente has sembrado, de tener esa ciega certeza de que la semilla que plantaste, cuidaste, regaste y diste luz y sombra tanto como así necesitaba, va a brotar. Pero si esperar tiene esa connotación de esperanza y positividad, ¿por qué nos perdemos en la espera y nos comemos la ansiedad?¿por qué no sabemos esperar?

¿Qué nos prohíbe vivir el presente mientras aguardamos?

Antes de seguir leyéndome voy a invitarte a responder a estas preguntas, cierra los ojos y busca en tu interior la respuesta. Conecta con la verdadera razón por la cual no te permites el descanso hasta que el fruto madure, ¿acaso no has hecho ya todo el trabajo?

En esta sociedad que nos insta a ser productivos, rellenar agendas y huecos libres de cosas por hacer, correr de un lado a otro y sentirnos orgullosos de llegar al final del día exhaustos pero «felices» por haber cumplido con una productividad impuesta, esperar está mal. Y está mal porque significa parar. Y también porque significa soltar el control. Y fluir. Y por una vez dejar que la vida decida y no nosotros. Y es entonces cuando se nos pone el mundo del revés.

¿Si no podemos llevar el control de la situación, si no podemos parar y si tampoco podemos disfrutar del trabajo pasado, cómo nos iba a ser fácil esperar y confiar?

 

Creo que ya sabes lo que pretendo decirte sin haber terminado esta publicación.

Esperando me di cuenta de que no estaba esperando en absoluto. Me di cuenta de que lo único que estaba haciendo se parecía más a tratar de llevar el control de lo imposible y perder mi presente en ello, que de sentarme, feliz, orgullosa del trabajo que había venido haciendo los últimos años y sobre todo, meses, y esperar solamente a que esa semilla que planté, empezase a brotar, a crecer su raíz, a que hiciese el tiempo perfecto climatológicamente y a que, un día, sin pensarlo y sin previo aviso, TADAAAAAA, brotase ese fruto que ya podría recoger después de tanto. La cosecha estaba servida. El ciclo estaba cerrado. Y la lección estaba aprendida.

 

Cómo en la vida y en la madre naturaleza, todo lleva un proceso, y a menudo este es lento. ¿Cuánto tiempo se demora un girasol en crecer?¿Cuanto tiempo tarda el río en volverse bravo, fluido y salvaje con el deshielo de la montaña?¿Cuánto tiempo tarda la arena en volver a mojarse cada noche cuando sube la marea?¿Cuánto tiempo dura el invierno, y aguarda el verano hasta que llega su momento?

Todo requiere de un tiempo, todo requiere paciencia. Todos aguardan su turno, pacientes, tranquilos, y en armonía.

 

Te invito a recordar la próxima vez que estés esperando desde qué lugar lo haces, te ayudará a no perderte por el camino y a sentirte conectado con la energía de que ya está ahí, y que así lo sientas. Si no sabes por donde empezar, te regalo las siguientes preguntas, puedes sentarte en tu rincón favorito, prender una vela, coger libreta y boli y dejar que fluya la respuesta a cada pregunta.

Te ayudará a comprender.

 

· ¿Tienes algún tipo de control sobre esta espera? Si no lo tienes, acepta y vuelve a leer la entrada, si sí lo tienes, trabaja en ello desde hoy mismo.

· ¿Qué estás perdiendo por enfocarte sólo en el tiempo que tarda en llegar el «resultado»? Te estás perdiendo el presente, ¡recuérdalo!

· ¿Que SÍ tienes ahora en tu vida y puedes prestarle atención?

Y por último pero no menos importante,

· ¿Qué es lo peor que puede pasar?¿Cuál es la peor respuesta que puedes recibir? Cierra los ojos, conecta con esa emoción que a menudo se torna en miedo, y quédate ahí. El tiempo que necesites. ¿Qué te estás diciendo que va a pasar?¿Por qué no esperar en calma? Después piensa que si eso pasase, cuantas opciones más tienes de conseguir lo que quieres, haz una lista. Vas a a pasar de creer que solo hay una solución y un resultado posible, a tener un abanico un poco más amplio, y un miedo gestionado que te recuerda que sólo está ahí porque se avecinan cambios.

No hay un sólo camino posible, recuérdalo. Eso te hará más libre.

 

 

 Gracias por leerme.

 

 

6 comentarios

  1. También estoy en una espera y por querer controlarlo todo, lo único que he conseguido es perder lo más valioso que tengo , que es a mi misma y esté maravilloso presente.
    Gracias por compartir tu experiencia, gracias por tu apoyo, gracias por todo bella alma 🙏🥰❤️

  2. Me ha encantado el cambio de pregunta a “cómo esperar”? Al final es el cómo hacernos sentir mejor en esa espera, cómo mejorar la situación en la que estamos y hacer frente a las cosas con más pausa y claridad 🤍

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